Quiero hablarte de un tema que muchos me preguntan tanto en Instagram como en mis clases: ¿los cheesecakes que vendemos y enseñamos son horneados?
Antes de responder, quiero explicarte las diferencias entre ambos tipos y cómo puedes reconocerlas.
Cheesecake horneado:
- Su diferencia clave es el uso de huevo. Al mezclar queso crema con huevos y otros ingredientes, se hornea a baja temperatura, lo que permite que cuaje y adquiera una textura más firme y densa.
- Su textura tiende a ser más compacta, dependiendo del tiempo y la temperatura de cocción.
- El sabor es más profundo y concentrado gracias a la caramelización de los ingredientes durante el horneado.
- Aunque requiere más tiempo de preparación, incluyendo el enfriado, vale la pena por su sabor y consistencia.
Cheesecake sin horneado:
- No necesita cocción. Se utiliza gelatina o nata montada para darle cuerpo, lo que resulta en una textura más suave y cremosa.
- Es más ligero y se derrite en la boca.
- El sabor es más fresco y suave, sin la caramelización que ofrece el horneado.
- Es más rápido de preparar, aunque necesita refrigeración para cuajar.
Personalmente, mi favorito, el que vendemos y enseñamos es el cheesecake horneado por su sabor y textura, pero te invito a probar ambos y descubrir cuál prefieres.
¡Dependerá de lo que quieras ofrecer!
Espero que esta explicación haya resuelto tus dudas.